Agfa Isolette III (1955)
Mi Agfa Isolette III
Un domingo, de esos en los que paseo por El Rastro a primera hora, me encontré con esta cámara arrumbada entre un montón de trastos viejos en un puesto que nada tenía que ver con cámaras fotográficas. La experiencia me ha enseñado que no hay que mostrar mucho interés por un artículo y que si de verdad te interesa lo que hay que hacer es preguntar por varios objetos. Poco antes de marchar, y como quien no quiere la cosa, es cuando hay que preguntar, casi displicentemente, -¿y esto?.
Apliqué la estrategia y parece que funcionó. "60 euros" -Dijo el dueño del puesto. "Te doy 30" - fue mi contraoferta. Al final cerramos el trato en 40 euros, lo que era un magnífico precio teniendo en cuenta el estado en el que se encontraba la cámara. Me faltó tiempo para cargarle un rollo de película y probarla. Aunque el fuelle estaba un poco rígido y la rueda del telémetro iba durísima, la cámara se podía usar perfectamente y los resultados los comprobaría esa misma mañana una vez que revelase el carrete que acababa de introducir en la cámara. Así que me dediqué a hacer fotos con ella y aparqué la Rollei por un rato.
Algunas de sus características
La Agfa Isolette III es una cámara telemétrica de fuelle de formato 6×6. Es la más completa de las Isolette,. Su telémetro no está acoplado al objetivo y se acciona con una rueda en la parte superior derecha trasera que indica la distancia a la que hay que ajustar el objetivo, así como la profundidad de campo según el diafragma seleccionado. Tiene un objetivo Agfa Solinar, F4,5 a F22, 85 mm, recubierto de 4 elementos en 3 grupos (tipo Tessar) y su rango de enfoque es de 1m hasta el infinito. Pesa aproximadamente medio kilo y cuando está cerrada se puede llevar perfectamente en un bolsillo del abrigo. Me encanta su sencillez y la calidad que es capaz de ofrecer cuando se usa correctamente.
Como muestra, un botón.
Quizá lo mejor no sea seguir hablando de las bondades de la cámara. Siempre es mejor ver con ejemplos reales de qué es capaz esta pequeña y sencilla maravilla. Una cámara que siempre que puedo - y con permiso de la Rolleiflex- se viene conmigo.